Vivimos unos tiempos en que lo digital, lo virtual y lo intangible parece que están ganando el terreno y la batalla a la vida cotidiana de la tangibilidad y la presencia física de personas y objetos.
Cada día son muchas más personas las que se pasan horas y horas navegando por el mundo virtual, bien sea a través de su ordenador o últimamente a través de los teléfonos móviles, que parecen haber desplazado cualquier otra forma de comunicación, ya sea oral o escrita.
En éste sentido, el mundo del marketing, la publicidad y la comunicación parece que va a la cabeza, y que ya no se es nadie si no se comunica, se publicita y se hace marketing de forma virtual, ya sea en redes sociales, en portales, en webs, etc.
Sin embargo, no debemos olvidar que al fin y al cabo somos personas, que los consumidores y compradores de productos y servicios siguen siendo personas reales y físicas, no virtuales, y que como tales personas siempre a lo largo del proceso de comercialización de un producto o servicio, habrá un momento en el que demanden tener un contacto físico con aquello que desean adquirir y consumir.
En éste sentido, un reciente estudio de Millward Brown en el que se evalúa en la eficacia del mailing postal, revela que los medios de comunicación físicos y tangibles dejan una huella más profunda en el cerebro del consumidor que los medios no tangibles. Según el informe, los materiales físicos implican un mayor procesamiento emocional por parte del consumidor, lo cual repercute positivamente en el recuerdo de marca y en las asociaciones de marca.
Asimismo, los medios físicos aumentan la respuesta cerebral conectada a los sentimientos internos del consumidor, lo que se traduce en una mayor internalización del mensaje publicitario.
Enfrentado con un material físico, el consumidor desarrolla una mayor actividad cerebral y de esta manera, a la larga se generan también recuerdos emocionales más vívidos.
Aunque el campo de estudio del análisis de Millward Brown se restringe al mailing postal, lo cierto es que sus resultados son extrapolables también a la publicidad y el marketing en general, al fin y al cabo, a los seres humanos les gusta tocar, palpar, agarrar y sentir.
El contacto físico es una necesidad inherente al ser humano que la creciente digitalización no puede erradicar.